domingo, 18 de abril de 2010

no hagamos demasiado ruido
la sospecha es más elegante
reservarnos nuestro conocimientos a los elegidos
elevar los muelles a las aras de altares
no nos engañemos
nadie nos pondrá una vela
no tenemos estampitas
legendariamente sonoros sobrevivimos
cercados por gránulos de paredes
un techo observante chivato
un delación que no supera nuestra memoria
la cordura es un lujo
al alcance de los menos
y la prudencia un regalo
que se gana a la edad
ensalma de nuevo el ocaso
nos sorprende fatigados

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