viernes, 15 de enero de 2010

Ya no tengo hueco en la mejilla de nadie
Porque siempre estuve enamorado de estrellas de cine
Y a todas las engañaba contigo
Aún no me han perdonado por ello
Se vengaron: inventaron las películas de sobremesa
Y los remakes
Desaparecieron en las horas de máxima ociosidad
Se sustituyeron por realitys, concursos, y otras
Y se dedicaron a quedarse en pantalla de noche
Siempre cuando estaba contigo
Como luminoso y catódico objeto de deseo
No las echo de menos como tampoco extraño la carta de ajuste

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